domingo, 27 de diciembre de 2009

Cansancio.

Ayer me acosté alrededor de las 5 o 5 y media de la mañana tras tener una discusión con un amigo, y me levanté alrededor de la una por obra y gracia de un sol espantoso -casualmente, la cabecera de mi cama está junto a la ventana-. Inmediatamente después me conecté al ordenador (así de sana es mi rutina) con un dolor de cabeza digamos ligero, el estómago cerrado y la sensación de que en vez de haber dormido me habían pegado una paliza.

Aún a pesar de que escribir me resultaba una tarea intelectualmente agotadora, mantuve una conversación continua aproximadamente hasta las dos con el amigo de anoche, hora en la que el almuerzo estaba preparado. Sin embargo, como ya dije, el estómago lo tenía cerrado y no fue sino hasta las tres cuando -en realidad debido a que concluí que sin glucosa en sangre no iba a llegar muy lejos por hoy- me dispuse a comer. Peeeero, precisamente, mientras comía otro amigo tocó al portal para ir a cierto-sitio-al-que-vamos-todos-los-años-en-estas-fechas y que yo había completamente olvidado.

Así pues, tras haber buscado exhaustivamente mis zapatillas por doquier y encontrarlas mucho tiempo después tras casi darlas por perdidas y vestirme por completo con sólo 5 euros en el bolsillo mientras masticaba aún, bajé a la calle. Un tiempo horrible. Estaba nublado pero el sol era cegador igualmente, además de que las temperaturas estaban considerablemente altas -alrededor de los 30ºC- combinadas con la humedad típica de zonas costeras.

Alrededor de 10 minutos después perdimos la guagua mientras caminábamos hacia la parada, y tras haber estado esperando la próxima durante una hora aproximadamente y haber dejado pasar otros cuatro, cogimos un taxi. Al llegar, buscamos a los amigos de mi amigo (todos desconocidos para mí) y vagabundeamos por allí durante tres horas sin hacer nada realmente importante -tampoco las posibilidades eran muchas- con exactamente el mismo clima y en mi caso por lo menos, sin casi nada el estómago y haber tomado (bebido) apenas nada en el día. Para colmo, el dinero no me alcanzaba a causa del taxi y la entrada (del recinto).

A eso de las 6 salimos de allí y un lapsus de tiempo después, a las 8 y media cuando tras 15 minutos a pie cuesta arriba tras casi haber llegado al sitio donde supuestamente la guagua que nos trasladaría directamente hacía parada y haber alcanzado la misma corriendo, nos dimos cuenta de que era la equivocada. Pero bueno, en cuanto vimos calles conocidas nos bajamos y tras otros 15 minutos andando, cogimos de nuevo un taxi.

Ahora, aquí en casa, estoy a punto de caer sobre el teclado y el cuerpo no lo siento en mejores condiciones que esta mañana. En resumen, me encuentro increíblemente cansada.

X Al principio 2 de estos 6 párrafos no empezaban por "a" hasta que me di cuenta de la reiteración de estas (e incluso esta mención a parte empieza por "a")

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